Corazón de fábrica


“Nunca tuve dudas de que la pintura era lo que yo quería hacer”

Natalia Biasioli nació en 1975 en Parque Chacabuco y creció en el seno de una familia trabajadora, sin demasiada vinculación con el mundo del arte. Su gusto por dibujar encontró en la tía Ana una figura de referencia para sus inquietudes artísticas, pero recién en la adolescencia empezó a tomar clases de arte en un taller del barrio. Unos años después ingresaría en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón donde en 2002 obtuvo el título de Profesora Nacional de Pintura.En el barrio de Pompeya estaban la fábrica de frenos hidráulicos de su papá y, arriba de la casa de su abuela, el primer taller que habitó como un espacio propio dedicado a la producción artística. Suvida se repartía entre el trabajo en la fábrica familiar y el arte.

La serie Corazón de fábrica iniciada en 1996 da cuenta de la influencia de la matriz productiva aplicada al propio lenguaje. La elección de un formato específico y la repetición del gesto pictórico nos hablan de una dedicación sostenida y sistemática a lo largo del tiempo. “Siempre tuve taller fuera o dentro de mi casa, siempre le di un lugar a la organización de mi semana con respecto al trabajo artístico.”

En la Pueyrredón conoció al maestro Horacio Dalesandro con quien hizo taller durante 10 años y luego amplió su formación con Felipe Pino, con quien obtuvo una beca. Desde 1996 participa en Salones y concursos, obteniendo reconocimientos que fueron estímulo y aliento para seguir creciendo como artista. Su vinculación con la Galería Artemercadoarte marcó el inicio de nueva etapa de visibilización promoviendo la participación en diferentes eventos y exposiciones.

Desde 2020 Natalia forma parte del circuito de talleres que abren sus puertas en el marco de La Gran Paternal y presenta su trabajo en diferentes galerías de reconocida trayectoria. Este año, además de presentar la serie La naturaleza salva en Valk Galery de Bs As., tuvo la oportunidad de presentar su obra en Affordable Art Fear, en Bruselas.

Peligro de extinción se propone como una suerte de inventario que nos permite dimensionar la trayectoria de esta joven artista que pone en diálogo diferentes lenguajes para dar cuerpo a los conceptos sobre los que le interesa trabajar. Sus series hablan fundamentalmente de la vida, de lo que late y de la pulsión creativa como estrategia de supervivencia ante la certeza ineludible de que todo puede terminar en cualquier momento. En esta inquietud por hablar de aquello que la conmueve, Biasioli encuentra en las técnicas pictóricas y la cerámica la complementariedad necesaria para expresar poéticamente un imaginario cargado de sentido.

La amenaza de extinción se resiste con iniciativas de cuidado y preservación. En un mundo que se fagocita a sí mismo, preso de su propia incapacidad por controlar las fuerzas que ha desatado, necesitamos corazones de fábrica que trabajen para poner a salvo lo poético de la vida y rescatar la esencia del mundo sensible que nos habita.

Lucía Artigas